¿Por qué Celia Cruz usaba peluca?

Celia Cruz nació en 1924 en La Habana, Cuba. Es considerada como una de las mejores intérpretes de música latina del siglo XX, comenzado su carrera como vocalista de La Sonora Matancera, pero, con el inicio de la revolución cubana en 1959, tuvo que irse a Estados Unidos iniciando su faceta solita. 

Cruz es indiscutiblemente la Reina de la Salsa con al rededor de setenta álbumes y ochocientas canciones grabados, cuenta con veintitrés discos de oro y recibió cinco premios Grammy, nada mal para cualquier artista latino. 

Hizo varias giras por el mundo y fue embajadora mundial de la música cubana. Es recordada por sus grandes actuaciones en vivo en las cuales puso a bailar a todas las personas que la escuchaban y sobre todo, por su look extravagante y deslumbrante, tan es así que sus, vestidos y otros accesorios se pueden encontrar en el museo Smithsonian en Estados Unidos.

Las pelucas de Celia Cruz 

Celia Cruz, la leyenda en la música latina, siempre se caracterizó por su estilo único, su extravagante, pero uno de los rasgos más recordados de la cubana eran sus pelucas.

Aunque, cuando inicio con Sonora Matancera, Celia no tenía este estilo y era mucho más sencillo, ya usaba esos vestidos entallados, zapatillas y uñas largas, pero su cabello se mostraba al natural, aunque planchaba su cabello que originalmente era rizado. 

Fue hasta los años setenta, cuando las pelucas se pusieron de moda y Celiz Cruz comenzó a usarlas para combinarlas con sus atuendos y maquillaje. Su vestimenta casi siempre tenía olanes y lentejuelas. 

 “Las pelucas siempre son la solución para cuando tengo que prepararme en poco tiempo”, dijo en su autobiografía Celia. Mi vida (Rayo, 2004) y revelo que siempre viajaba con estas piezas. 

Al principio no eran nada llamativas, pero luego dejo a un lado la discreción y comenzó a usar algunas muy voluptuosas, recordemos su presentación en los Latin Grammy de 2002 donde lucio una bicolor azul y blanco con la que se subió al escenario para interpretar “La negra tiene tumbao”.

¡Azúcar!

Celia Cruz nos dejó de legado este potente y pegadizo grito que era la clave para abrir sus conciertos que es recordado y reconocido por todo el mundo. Siempre con una gran sonrisa y su poderosa voz es único el grito de ¡Azúcar!.

Aunque, la Reina de la Salsa no solo se enfocó a este género y siempre estuvo abierta a otros, además de colaborar con grandes exponentes como Tito Puente, Willie Colón, Ray Barretto o Johnny Pacheco, se unió a otros músicos como David Byrne, el rumbero gitano Azuquita, los argentinos Los Fabulosos Cadillacs, los españoles Jarabe de Palo, Vicente Fernández, Lola Flores y Gloria Estefan.