México siempre ha sido cuna de grandes artistas y exponentes musicales, pero la historia no le sonreía a los que buscaban su camino en el reggaetón. Durante años, Puerto Rico y Colombia sea apoderaron de la escena y eclipsaron cualquier talento ajeno, pero eso se terminó. El mundo quiere conocer las propuestas de otros países, necesita ídolos nuevos y rostros frescos para el género; y aquí entra El Malilla, con su participación en Coachella 2025 se convertirá en el primer reggaetonero mexicano en llegar a este festival.
“De Valle de Chalco para el Mundo”, ninguna frase había encajado tan bien como la que Fernando nos repite día con día. Cuando se anunció su participación en el festival más famoso del mundo, todos recordamos el énfasis que el cantante ha hecho en sus orígenes. La notica nos transportó a esos momentos en los que cantaba en pequeños bares o centros nocturnos de la República Mexicana; hoy parece un sueño concretado verlo en el cartel de Coachella 2025, y no solo para él sino para toda la escena urbana de México.
El Malilla tendrá 2 shows en Coachella 2025: el primero será el sábado 12 de abril y el segundo el 19 del mismo mes. Quizá no está como headliner del evento, y tal vez su nombre en el cartel no aparezca con letras más grandes, pero así empiezan las estrellas de brillo más intenso. Quédate para que veas cómo fue el camino del poeta callejero de Valle de Chalco.
El Malilla: el primer reggaetonero mexicano en Coachella
Fernando no es el primer artista mexicano en Coachella, pero sí es el primero que porta la bandera del reggaetón como estandarte. Por fin una cultura que por años fue estigmatizada tendrá presencia en el evento que reúne a lo mejor del mundo. Porque sí, esta propuesta musical era mal vista, “de gente fea” y merecedora de burlas. Si retrocedemos el tiempo por unos 10 o 15 años, nadie pensaría que un joven de del Estado de México tuviera espacio en un evento internacional para cantar reggaetón.
Y si estás feliz por ver al Malilla en este cartel, vale la pena hacer algunos agradecimientos. Primero a los mexicanos que pisaron Coachella antes que él y demostraron que aquí había talento; y luego a los precursores del reggaetón nacional que cimentaron el camino, con todo y estigmas, para que él y otras figuras contemporáneas hicieran una carrera dentro el género.

El reggaetón mexicano no se inauguró con El Malilla ni con Bellakath; DJ Antena, Big Metra, La Dinastía, Dj Bulbo, y otros más, fueron los que sentaron las bases de un movimiento que, en primer instancia, estaba lleno de críticas y prohibiciones. Ellos también merecen un reconocimiento por el reciente logro de Fernando; sin las tardeadas de “perreo” en bares y antros de México, y sin la existencia de las fiestas clandestinas, seguro hoy no tendríamos a un Mali en Coachella.
Ya le dimos las gracias a los pioneros del reggaetón en territorio nacional, ahora pasemos al reconocimiento para los otros mexicanos que pisaron los escenarios de Coachella antes que Fernando. La historia reciente nos trae a la mente a personalidades como Peso Pluma o Carin León, pero la tradición mexicana en California se remonta décadas atrás.
En 2001 tuvimos la primer aparición mexicana en esta festival. Nortec Collective, un grupo tijuanense, se subió al escenario de Riverside para mezclar sonidos de la tambora y el norteño con la corriente electrónica de aquellos años. Luego Kinky (2002) y Café Tacuba (2003) siguieron con la representación nacional en el evento musical más famoso Estados Unidos. A ellos también hay que darle las gracias.

De cantar en pequeños bares en México al festival más famoso del mundo
El Malilla tenía claro que su sueño sería difícil, por eso “trabajó 8 días a la semana y 25 horas al día” para conseguirlo. Hoy tiene 25 años y desde hace 4 comenzó su carrera como cualquier soñador de barrio lo haría: grabando en estudios locales y difundiendo sus pistas con conocidos de Valle de Chalco y zonas aledañas. El rapero Faruz Feet fue quien le dio una de sus primeras oportunidades para grabar, y también fue quien lo bautizó con su icónico apodo.
Luego, las presentaciones en bares, ferias y antros de la República comenzaron a llegar para el Mali. Cientos de personas se reunían y pagaban covers de $100 pesos para escucharlo cantar éxitos nacientes como “Barbie ven” o “Más tarde”. En ese momento, pocos tenían fe de verlo en un escenario internacional, pero él estaba claro de su meta y así lo anunciaba en sus canciones. Este es un fragmento de la canción “Poeta callejero”, la obra que rinde homenaje a sus raíces y sueños.
“Y yo vengo de de un barrio en el que se crece sin nada, luchando por todo… Y si tú tienes un sueño lucha por ello, trabaja por ti y por los tuyos. Sal, crece, desarróllate”.
Fernando pudo probar la cima gracias a 2 dos factores: su disciplina y la exposición que brinda TikTok. El mismo cantante confirmó que su mánager y amigo le recomendó usar esta red social para dar a conocer sus canciones; pistas como “G-Low Kitty” o “B de Bellako” se volvieron auténticos himnos en este espacio.
El algoritmo y la necesidad de un nuevo ídolo hicieron el resto. Hoy por hoy El Malilla es una de las tendencias más vigentes, y en gran parte se debe a la “Malibabys”, las fieles seguidoras que no dejan de interactuar con él en cada video que sube. Cosas tan simples como el “Mali sácala” también propulsaron su carrera.

El Malilla rompió las probabilidades en su contra para llegar a Coachella
Fernando, en su estado más íntimo, ha revelado que las posibilidades de trascendencia para un joven de Valle de Chalco eran mínimas. Creció en un barrio conocido por ser violento, y reconoce que la vida no es tan fácil como decir: “Échale ganas”. Él tuvo que dar esfuerzos extra para llegar al reconocimiento mundial. A lo largo de Poeta Callejero y Ñero Stars (sus dos proyectos de estudio) refleja el orgullo por su raíces, pero también el deseo por salir de aquellas ramas fragmentadas por la descomposición social.
Y lo consiguió al final del día. En un lapso de 4 años logró instalarse en 2 de los festivales más importantes de México: Axe Ceremonia 2023 y Coca Cola Flow Fest 2023 y 2024. El Malilla ya no solo es de alcance local, en 2025 tiene una oportunidad que nunca se le había dado a otro exponente nacional: podrá de gritarle al mundo que el reggaetón mexicano está presente, o como dirían en el lenguaje popular, “está bufando”.
Coachella le abrió la puerta a varios mexicanos para que expusieran sus proyectos, ahora el turno será para El Malilla. Salió de Valle de Chalco y está a unos meses de decirle al mundo que los poetas callejeros del reggaetón pueden soñar tan alto como el mismo cielo. El festival más famoso del mundo, y todos nosotros, esperamos ansiosos su presentación. Enhorabuena por él, por el género y por los artistas de barrio que anhelan con la grandeza.